Jaime

Jaime
Diploma Baldor

Informalidad

Economía Informal
El domingo 25 de julio 2010, nuestro Presidente Legítimo nos llamó a construir la organización capaz de ganar la Presidencia Constitucional. Sin embargo, la meta debe ser transformar pacíficamente la política y ponerla al servicio de los mexicanos, por lo que es necesario conocer las condiciones concretas del país y, aún más, las conciencias de los mexicanos dónde florecerán las ideas que evolucionarán el pensamiento de los mexicanos y el mundo.
Sacar fortaleza de la ceniza
En México hay fenómenos económicos cuyas contradicciones son tan complejas que dependiendo del punto de vista pueden ser fortalezas o debilidades, afectando positiva o negativamente el avance de la sociedad, tal es el caso del comercio informal en la vía pública.
De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2007, afirma que de 29 millones de personas ocupadas, solamente15 millones lo hacen en el sector formal de la economía y el 48% restante en el sector informal (14 millones).[1]
El papel positivo de los vendedores informales
Es gente que ante la ausencia de opciones laborales emprende un negocio con todas las circunstancias en contra: falta de capital; largas jornadas laborales; inclemencias del clima, calor frío o lluvia; persecución de las autoridades y extorsión; pago por protección a pandillas de líderes, etc. Además, muchos de ellos, impulsados por la necesidad económica, se ven obligados a colocar su puesto frente a grandes comercios con los que difícilmente pueden competir en precio, variedad o servicio.
La situación descrita contradice la afirmación común de que los mexicanos somos flojos, poco emprendedores y cobardes. Lo cierto es que las ciudades están llenas de valientes emprendedores que luchan contra las circunstancias adversas y, a través del trabajo informal, generan el 25% del Producto Interno Bruto de nuestro país, convirtiéndose en uno de los pilares más sólidos de la sociedad mexicana. No obstante, este hecho es poco reconocido por las autoridades y la población en general.
A este respecto, Mario Ortega Olivares (Doctor en Antropología), alguna vez afirmó: “Los mexicanos somos muy tolerantes del comercio ambulante, porque no tenemos nada que evite que algún día vamos a terminar vendiendo en la calle”. Muchos graduados de escuelas superiores con licenciatura o postgrado han acabado como vendedores ambulantes, arruinados por las crisis económicas recurrentes del país y la falta de empleo.
Generalmente, los medios masivos de comunicación (Televisa, TV Azteca, Cadena Tres, principalmente) nos dicen que el sector informal no paga impuestos: ¡Mentira, pagan IVA, casetas, tenencia, derecho de piso, predial, escrituración, etc.!, al igual que el común denominador de la población; mientras la política fiscal vigente favorece a los grandes empresarios nacionales e internacionales que solo invierten en empresas con alta automatización, dónde crear un empleo requiere inversión de 660 mil pesos o más. Por tanto, las grandes inversiones generan pocos empleos.
Elementos negativos a considerar
Los vendedores ambulantes invaden la vía pública, sostienen a través del pago por protección una de las corrupciones más nocivas para el país que corrompe autoridades y crea un tejido de complicidades en todos los niveles de la sociedad. En los diversos órdenes de gobierno la inspección de la vía pública es un botín para los políticos, solamente superado por obras públicas.
Los vendedores ambulantes son auténticos empresarios, comparados –en este sentido- con los traficantes de influencias y delincuentes de cuello blanco que en México fingen ser empresarios y están organizados en las diferentes Cámaras y Consejos Coordinadores Empresariales. Aunque por sus ingresos económicos es uno de los sectores más desposeídos del país (algunos apenas cuentan con ingresos a nivel de subsistencia), su ideología en pos de lucro, difícilmente simpatiza con el bien común y en la búsqueda de acumular dinero, pueden ser cautivados por la delincuencia.
En el mundo de los negocios hay actividades legales e ilegales, ambos tienen diferentes riesgos y utilidades. La economía informal cada día debe elegir entre permanecer o cruzar la delgada línea, pero el dinero fácil tienta a muchos, sobre todo en un contexto donde las políticas gubernamentales minan la existencia de su actividad (el impuesto a los depósitos bancarios fue contra ellos). El malestar causado por estas decisiones gubernamentales debe ser canalizado, por ejemplo, integrándolos al movimiento del Proyecto Alternativo de Nación, porque sólo la organización puede lograr un cambio positivo de fondo.
Es muy importante el número de gente que se adhiera al movimiento, pero lo es más, la calidad de los integrantes; por esta razón, el papel de los círculos de estudio es fundamental, pues permitirán incrementar la conciencia sobre los valores y metas en que está sustentado el movimiento: el bien común, la igualdad de oportunidades, el amor al prójimo, el respeto irrestricto a los derechos humanos, entre otros.
“Y como es obvio, y lo hemos entendido muy bien todos los que estamos aquí y muchos otros, el cambio que se necesita no será promovido por las élites del poder, sino tendrá que venir desde abajo y con la gente, porque en las actuales circunstancias sólo el pueblo puede salvar al pueblo, sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.”[2]


[1] Daniel Flores C., Jorge Valero, Joana Chapa y Bricelda Bedoy (2007). El sector informal en México: Medición y Cálculo para la Recaudación Potencial, Universidad Autónoma de Nuevo León.
[2] Discurso de Andrés Manuel el 25 de julio 2010, en el Zócalo del D.F.

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