Iván Jaime Uranga Favela
Resumen:
En el periódico La Jornada
suelen escribir algunos de los periodistas más importantes que con su
pensamiento contribuyen a la construcción del mundo mejor que todos deseamos. Por
eso es importante difundir su pensamiento y criticar o reseñar los artículos
que tienen propuesta. Es el caso de “Les acquis del neoliberalismo”,
escrito por Don Claudio Lomnitz el 22/04/2015. Para tratar cualquier tema de
actualidad es importante el marco conceptual con el que se hace. Se comete
mucho el error de confundir doctrina social con sistema social. No son lo
mismo, aquí discutimos las diferencias. En ciencias sociales se habla mucho
sobre la realidad y parece que la realidad está al alcance simple de la
observación. Nada más alejado, leer la realidad es labor muy compleja, requiere
marco conceptual, mucha observación desde puntos de vista diversos y con
instrumentos técnicos. Las fronteras arbitrarias que uno escoge para observar
un fenómeno social son abstractas, se debe estar dispuesto a ampliarlas o
contraerlas, para contrastar los resultados de las observaciones, a veces,
contrarias.
Palabras clave: neoliberalismo; Lomnitz; soviético; San
Quintín; Jornaleros; doctrina; Omecafi.
“Les
acquis del neoliberalismo”
“Cuando el asalto neoliberal empezó a apretar
fuertemente al estado de bienestar europeo, los franceses reaccionaron
defendiendo aquello que llamaban les
acquis: es decir que llamaban a defender los bienes públicos, las
costumbres benéficas adquiridas y los beneficios ya ganados.”[1]
Es importante aclarar que el neoliberalismo es una
doctrina, como la doctrina comunista, como la doctrina católica o musulmana.
Las doctrinas son practicadas, defendidas y difundidas por seguidores que
pueden pertenecer a cualquier clase social. Por ejemplo: a la doctrina católica
la defienden desde el pordiosero, el sacristán, acaudalados hacendados,
capitalistas, usureros y banqueros.
Es evidente la diferencia entre clases sociales de los
seguidores de la doctrina católica con sólo asistir a misa un domingo. Claro
que existe una clase social que lucra con la doctrina católica y existen
profundas diferencias entre seguidores de la doctrina y clase social, por eso a
la clase social no se les llama católicos sino Clero. Indudable que el Clero es
una clase social que impone y es el guardián de la doctrina católica.
Incondicionales de la doctrina católica de toda una vida, jamás llegan a ser de
la clase social clerical. Porque las clases sociales dominantes tienen consciencia
de clase, saben reconocer lo propio de lo extraño y mantienen filtros severos
para discriminar.
Con la doctrina comunista ocurre un fenómeno más
contundente, aunque tiene sus seguidores en diferentes clases sociales, el
imperialismo estadounidense y sus medios masivos de información estigmatizaron
la doctrina y cualquier activista, de cualquier ideología, que se atreviera a
criticarlos y desafiar su autoridad, era calificado de comunista. Esta doctrina
nunca ha tenido una clase social que sea su guardián. Hasta ahora se mantiene
como una doctrina social utópica. El socialismo Soviético fue acusado por su
contrario el imperialismo como el guardián de la doctrina comunista.
La desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas se consideró una victoria del sistema capitalista, sin percatarse
que el capitalismo desapareció hace más de 100 años. Bueno, ni siquiera el
imperialismo puede presumir ese triunfo, pues éste declinó 20 años antes (1971).
La clase social que se anotó el triunfo primero sobre el imperialismo y luego
sobre el socialismo Soviético fue la que domina actualmente al mundo y se llama
Omecafi. Enseguida hablaremos más de esta clase revolucionaria que detenta la
hegemonía.
El pueblo francés tiene una larga tradición de lucha social,
de las barricadas de la Comuna de París salió para el mundo el grito de
libertad, igualdad y fraternidad. No es gratis que mantengan un activismo
histórico y defiendan las conquistas sociales. Lo mismo ocurre con el pueblo
que realizó la primera revolución social del siglo XX y promulgó la primera
Constitución de las más avanzadas de la época, me refiero a México. Ambos
pueblos francés y mexicano están llamados a seguir escribiendo páginas doradas
de la historia.
“La defensa
de les acquis –el terreno
ganado– es un tema central de la política, porque todo sistema social, por
terrible que sea, implica algunas conquistas, algunos nuevos valores
colectivos. Importa reconocerlos para asimilar y defenderlos, y abanderarlos en
los procesos de transformación social. Carlos Marx se interesaba por esta
cuestión incluso respecto del sistema capitalista que fue para él objeto de una
lucha encarnizada: así, por ejemplo, el capitalismo implicaba la socialización
del trabajo (frente a, por ejemplo, la producción artesanal), cualidad que
abría la posibilidad de la formación de una conciencia proletaria común que
escasamente existía en el mundo preindustrial. Con todas sus injusticias, sus
crímenes y sus horrores, el sistema capitalista decimonónico representaba para
Marx un camino que importaba recorrer, indispensable incluso para la
construcción de una sociedad mejor. Por eso pensaba que las potencias
coloniales cumplían un papel histórico, usualmente de manera involuntaria; que
la colonización de India por los ingleses, por ejemplo, era un crimen que tenía
también un importante lado positivo, ya que ponía fin a un mundo aldeano que
era la base de un despotismo conservador. Marx pensaba también algo por el
estilo respecto de la anexión de territorio mexicano por parte de Estados
Unidos en la guerra de 1847. La disrupción innovadora capitalista traía consigo
sus acquis, sus
beneficios penosísimamente adquiridos. Importaba reconocerlos.”[2]
Basta leer el Manifiesto del Partido Comunista de 1847
escrito por Marx y Engels, para entender que la clase social que toma el
liderazgo del mundo, siempre es una clase revolucionaria. El sistema
capitalista encabezó la Revolución Industrial y desplazó al sistema feudal. El
sistema imperialista encabezó la 2ª Revolución Industrial y llevó al
capitalismo a su declinación. El imperialismo logró la asociación de los
monopolios productivos, el monopolio bancario financiero y los Estados-nación y
posibilitó el reparto del planeta entre los Estados-nación imperialistas,
desgraciadamente el reparto no dejó satisfechos a los países imperialistas y el
diferendo se resolvió con guerra (primera y segunda) y al final el triunfo del
Imperialismo estadounidense y la URSS como sistemas sociales contrarios.
Hollywood y las telenovelas mexicanas nos muestran la
historia lineal y subjetiva donde los buenos son siempre buenos y los malos siempre malos. A los buenos les
llega la riqueza por herencia y no se ensucian las manos explotando o robando a
otros seres humanos. En el lado contrario tenemos a la historia dialéctica que
estudia el proceso de cambio de los fenómenos reales (por complicada que sea la
realidad de observar). Que observa que la clase social que domina, en cada una
de las épocas históricas, lo hace por ser la clase más revolucionaria de la
sociedad en esa etapa. Esa clase representa el pensamiento más avanzado y
encabeza la revolución técnico-científica de los medios de producción. Si
estudiamos el desarrollo histórico de la sociedad nos daremos cuenta que las
clases explotadoras que han dominado, tienen muchos defectos, son egoístas y
desalmados, pero no tontos. En general son muy brillantes hasta que, en el afán
de conservar sus privilegios de clase, comienzan a rezagarse en el
conocimiento, ser conservadores y cometer estupideces.
Ahora que el
sistema neoliberal, implementado a escala mundial desde los años 70 y 80, está
haciendo agua, vale la pena pensar en los atributos positivos que ha traído
consigo la revolución neoliberal, para saber qué es lo que se debe asimilar
como conquista colectiva de aquel sistema tan cruel. Importa un ejercicio así
porque cada sistema tiene sus beneficios secundarios, frecuentemente
involuntarios, y esos beneficios son los que alumbran el camino para las
transformaciones venideras, para orientar aquello que se quiera potenciar, o al
menos no desechar, en dichas transformaciones venideras.
“¿Ha traído algo
de bueno el neoliberalismo? Caso afirmativo, ¿qué sería?
Es una pregunta
relevante porque demasiado frecuentemente la crítica al neoliberalismo busca
implícita o explícitamente la restauración del desarrollismo que existía
previamente, un modelo económico que había ya llegado a sus límites, y al que
seguramente sería imposible regresar. Pero es también una pregunta compleja,
nada fácil de contestar, que pide un trabajo de discusión colectiva.”[3]
Continúa Don Claudio Lomnitz confundiendo sistema
social-económico-político con la doctrina neoliberal. En su descargo debemos
reconocer que no es el único intelectual que comete el mismo error. La doctrina
neoliberal de la escuela de Chicago, fue llevada a Chile por los Chicago Boy. A
pesar de toda su sabiduría y ser una doctrina económica novedosa, los Chicago
Boy y su candidato a la presidencia de Chile, fueron humillados por el
resultado de las urnas, Salvador Allende y su doctrina socialdemócrata de la
ascensión al poder por la vía pacífica. El dictador Pinochet y sus Chicago Boy no
tuvieron más remedio que imponer al pueblo chileno la dictadura, un fascismo
hitleriano a la sudamericana que causó un baño de sangre al pueblo chileno. A
partir de entonces, la doctrina neoliberal, que nunca funcionó en la práctica,
sería confundida con todos los males sociales y crímenes asociados al fascismo.
¿Hubo en Chile mercado libre a la competencia? ¿Se
redujo el papel del Estado-nación en la economía? ¿Respondió el mercado a las
fórmulas matemáticas monetaristas de Milton Friedman? Se impusieron los
monopolios; el Estado-nación impuso sus medidas económicas mediante persecución
y asesinato; y las fórmulas matemáticas de Milton Friednman, ingeniosas, pero
sin poder representar un mundo demasiado complejo. La doctrina resultó falaz.
En los años 70’s asistimos al derrumbe del sistema
imperialista y no sólo Don Claudio, sino la mayoría de pensadores atrapados en
la historia lineal y subjetiva no se dieron cuenta. El presidente Nixon repudió
el tratado de Bretton Woods y quedó a las órdenes de la oligarquía mafiosa
especuladora canalla financiera internacional (Omecafi).
La Omecafi si es una verdadera clase social, que al
igual que las clases sociales que le antecedieron en el liderazgo del mundo, encabezó
la 3ª Revolución Industrial. La revolución informática, las comunicaciones
electromagnéticas, la automatización y la revolución financiera. También
encabezó la globalización de la economía y, a diferencia de las clases líderes
que le antecedieron, su dominio es omnipresente en todo el globo.
¿Volveremos al sistema imperialista? Jamás, la rueda
de la historia no tiene reversa, la historia nunca se repite. Por más que haya
desarrollistas que busquen revivir viejas glorias, los cambios ocurridos en el
planeta no lo permitirán. Podemos volver a picar piedra de manera arcaica, pero
la edad de piedra no regresará.
A mi nieta de sólo dos años, señalando un par de
tenis, le dije: ponte los zapatos. Respondió: ¡no, no son zapatos, son tenis,
abuelo! Si una personita de dos años le parece importante la precisión de las
palabras, cuanto más en ciencia social el lenguaje debe ser preciso y llamar
las cosas por su nombre.
Hay una serie de
valores ampliamente difundidos que habría que discutir como posibles candidatos:
el valor de la flexibilidad y las prácticas íntimas asociadas a ella; el valor
de la transparencia; el valor de la resiliencia, un término que hasta hace muy
poco ni siquiera existía en español, y que es hoy un concepto clave del
ambientalismo y de las ciencias de la salud; la identificación de cada persona,
por humilde que sea, como un empresario en potencia; la preocupación obsesiva
por la juventud; el horror a la obsolescencia y a todo aquello que se pueda
calificar de obeso; la sacralización de la multiculturalidad… La lista es
larga, y el simple esfuerzo de enumeración ya trae a nuestra conciencia el
hecho de que el neoliberalismo no es únicamente un sistema económico, sino que
es también una formación cultural.
Todas las doctrinas correctas o erróneas, en tanto
productos de la mente humana, son cultura. Me he encontrado intelectuales que
le llaman al neoliberalismo la doctrina más exitosa de la época. Pero se pasa
por alto que se usa la palabra neoliberal con cientos de definiciones, algunas
con error de origen. La definición más corta que he encontrado es: “Movimiento de actualización del
liberalismo, aparecido después de la Primera Guerra Mundial, que limita la
intervención del Estado en asuntos jurídicos y económicos.”[4]
En el plano económico el neoliberalismo promueve el énfasis tecnocrático y macroeconómico y considera
absolutamente contraproducente la excesiva intervención del estado, ya sea en
cuestiones económicas como sociales. Por otro lado, sostiene que el libre mercado capitalista resulta ser la
mejor política económica para lograr el equilibrio institucional y el
crecimiento económico del país en cuestión.”[5]
Como se observa, el neoliberalismo es todo un tema y el término tiene muchas definiciones y no es una doctrina nacida en el capitalismo sino en el sistema imperialista. La Omecafi ha usado a la doctrina neoliberal a su conveniencia, sin esta doctrina no hubiera logrado enajenar a millones de los intelectuales más despiertos de la humanidad. Esta doctrina ha permitido a la Omecafi permanecer en la sombra y dominar el mundo.
“Por eso,
incluso una discusión mínima de los aspectos rescatables del neoliberalismo
sería larga. Hoy quisiera detenerme en uno solo, debido a la solidaridad
transfronteriza con los jornaleros de San Quintín: a partir del neoliberalismo,
la política libertaria o emancipadora tiene una genuina vocación trasnacional.
De hecho, el
antineoliberalismo no puede ser ya un movimiento de liberación nacional.
Esto se debe a que los movimientos de liberación nacional tienden a plantear al
capitalismo como si viniese de afuera, cosa que los lleva inevitablemente al
camino errado de una postura anti Estados Unidos. Pero el capitalismo ni
comienza ni termina en ese país: hay capitalismo rampante en China, en Japón,
Corea, Rusia, Irán, Alemania, Brasil… Fijar el capitalismo geográficamente, o
imaginarlo como una característica nacional o étnica, puede ser un arma
poderosa del demagogo, pero no responde a la realidad: el capitalismo es por
naturaleza una forma de producción trasnacional, y transformarlo requiere de
redes de solidaridad a ese nivel. ”[6]
Cada vez que escucho las arengas promoviendo el
antineoliberalismo y el anticapitalismo, me viene a la mente las personas que
con una venda en los ojos tratan de quebrar con un palo una piñata navideña. Es
decir, tiran palos de ciego. Cuando nuestro marco conceptual es erróneo, todo
lo que construimos sobre él, también será erróneo.
En todo el globo la clase dominante hoy es la Omecafi,
la especulación y la usura son la forma de acumulación de riqueza. Todas las
formas de producción que antecedieron al sistema actual se encuentran presentes:
comunidad primitiva (últimos hombres libres); esclavismo; feudalismo;
capitalismo e imperialismo. También, suelen encontrarse combinaciones de
varios, debido al desarrollo desigual que existe en muchas regiones del mundo.
San Quintín por ejemplo: Los niños trabajadores jornaleros son esclavos; los
jornaleros que trabajan por tarea y los que trabajan a destajo son siervos,
reciben una parte proporcional a lo que producen y los que lo hacen por un
salario son proletarios (si Marx no se equivocó).
El pensamiento lineal y subjetivo dice: los
explotadores siempre han sido los explotadores y son iguales. Esto contradice
toda la dialéctica. Resulta, de acuerdo a la dialéctica, que todos los
fenómenos sociales son un proceso en constante cambio, que en un sistema puede
haber infinitas contradicciones en unidad y lucha, empero, sólo hay una
contradicción principal y se da entre la clase social que domina y las clases
que son expoliadas. La clase que concentra el poder y el dinero y las clases
que obedecen y contribuyen a la fortuna de la clase dominante. La contradicción
principal es la que determina al sistema. Las formas anacrónicas de producción
aunque sobrevivan y estafen a los trabajadores y se encuentren en
contradicción, en unidad y lucha, ya no determinan el sistema, permanecen, a su
vez, dominadas. Los cambios sociales sistémicos ocurren por la resolución de la
contradicción principal y el nacimiento de una nueva contradicción entre
contarios en una etapa superior.
La condición de sumisión de las clases dominadas no se
pierde ni siendo lacayos, mercenarios y sicarios de la clase dominante. A lo
sumo, tendrán ciertos privilegios y acceso a parte (migajas) del botín. Representantes
del imperialismo que aún subsiste y otras clases dominantes en el pasado, son
reclutadas por la Omecafi para hacer el trabajo sucio. Los líderes del pueblo
tendrán que reconocer que lacayos, mercenarios y sicarios, no son el enemigo.
La teoría revolucionaria pacífica deberá crear una estrategia, para evitar el
choque violento con mercenarios y sicarios, reconocerlos como aliados y centrar
la lucha con el enemigo de la humanidad: la Omecafi.
“Y ahí está el
ejemplo de los trabajadores de San Quintín. Cuando César Chávez fundó la United
Farm Workers en los años 60, pensaba que había que limitar el flujo migratorio
de México, porque los mexicanos indocumentados servían a los patrones como
esquiroles. Esta tendencia sindical contraria a la libertad de movimiento
internacional del trabajo ha estado presente en todos los sindicalismos de las
sociedades un poco más ricas que sus vecinos, y aunque frecuentemente se haya
alimentado del racismo, el racismo es en ellos más bien efecto que causa.
Pero hoy ya no
es posible simplemente desactivar la globalizacíon a partir de controles migratorios.
En Francia, el Frente Nacional quizá consiga ganar elecciones, con todo su
racismo y su discurso antimigrante, pero no conseguiría su anhelo de regreso a
aquella Francia próspera y relativamente homogénea de los años 70. Y se puede
decir lo propio de los republicanos del Tea Party de Estados Unidos”.[7]
Es inevitable que la gran masa de trabajadores
desempleados funcione como esquirol del sindicalismo. Hoy que la automatización
envía al desempleo a millones de trabajadores por todo el mundo, cada vez el
trabajo humano se abarata más y más. El rechazo del sindicalismo a la migración
es tonto, la industria automotriz estadounidense se trasladó a México,
desindustrializó EEUU y debilitó y desapareció sindicatos. Detroit nunca tuvo
la moderna y automatizada industria automotriz que hoy los consorcios
multinacionales financieros automotrices tienen en México. Los monopolios
automotrices, con acceso al financiamiento ilimitado de la bolsa de valores,
pueden montar fábricas en cualquier parte del mundo que les sea propicia. Reforzar
los controles fronterizos no evita que se vayan las fábricas ni que los
capitales fluyan. Hoy una tarjeta de crédito de un rico, trae más dinero que un camión de
valores. El gobierno de EEUU, el Tea Party y el Frente Nacional de Francia
siguen pensando en términos de un mundo que ya no existe. El mundo cambió y no
lo quieren entender.
“Se comprende la
nostalgia de sectores amplios de las antiguas clases medias estadunidenses o
francesas, ahora precarizados por la globalización, pero habría que recordarles
que fue justamente la derecha a la que pertenecen la que abogó por el libre
comercio y por el libre flujo de capitales desde el inicio. Y si hay libre
flujo de capitales, habrá migraciones laborales. Y si se imponen límites a las
migraciones, habrá fuga de capitales.”[8]
La oligarquía mafiosa especuladora canalla financiera
internacional (Omecafi), usando la inteligencia y de manera pacífica derrotó al
imperio militar y guerrero de EEUU. Si hay un país destrozado económicamente
por la globalización es EEUU. El imperialismo europeo, por los datos
periodísticos, parece que también. Una a una las empresas multinacionales
imperialistas fueron siendo ahogadas por la deuda y perdiendo el control sus
antiguos dueños, algunas debilitadas quebraron, otras, las más estratégicas
crecieron y se consolidaron como monopolios productivos y financieros, respondiendo
a nuevos paradigmas y nuevos amos (la Omecafi).
La Omecafi supo usar como lacayos, mercenarios y
sicarios a las oligarquías imperialistas, la doctrina neoliberal cumplió el
objetivo de enajenar, aún en contra de sus intereses a la anterior clase dominante,
cuando reaccionaron ya era tarde. El mundo había cambiado y el poder se
encontraba en otra clase social. Como fieras heridas la clase imperialista ha
desatado violencia por todos lados, intentan revivir viejas glorias, pero a la
Omecafi no logran tocarle un pelo. Los sometió mediante especulación y usura,
sin disparar un tiro. La inteligencia se impone a la violencia.
Intuyo que la contradicción principal al sistema
Omecafi se encuentra liderado por China y pueblos oprimidos del mundo como aliados,
pero no estoy seguro del resultado de la confrontación de estos contrarios que
hoy permanecen en unidad y lucha. La teoría revolucionaria está en
construcción.
“El movimiento
de San Quintín habla de otra estrategia, distinta incluso a la del César Chávez
de inicios de los 60; habla de una estrategia propiamente trasnacional. No es
posible ya encerrarse en la política nacional. Si no se puede impedir que el
capital atraviese fronteras, se puede al menos promover la organización del
trabajo en ambos lados de la frontera.”[9]
No existe otro camino para los movimientos sociales
que la estrategia transnacional, hoy la clase que oprime a los seres humanos en
el mundo es trasnacional. México lo ha entendido y hace tiempo, desde el
zapatismo, ha avanzado en ese terreno, sobretodo en defensa de los derechos
humanos. Los sindicatos mineros, los pueblos indígenas y MORENA han trascendido
fronteras.
“El
neoliberalismo está comenzando a crear una visión trasnacional de la justicia,
y la posibilidad de formar movimientos transfronterizos para exigirla. Es un
logro muy importante”[10].
No encuentro relación entre la doctrina neoliberal y
la tras-nacionalización de los movimientos por la justicia. Pero una cosa si es
segura, el pueblo que hizo la primera revolución social del siglo XX y la
Constitución más avanzada de la época, seguirá dando lecciones de teoría
revolucionaria y dignidad al mundo.
Conclusión:
El atraso teórico del discurso de los que deseamos
contribuir a la construcción de un mundo mejor, si que está causando daño y
deteniendo el avance revolucionario. Como deseo que algún pensador de renombre
demuestre que el neoliberalismo no es una doctrina, que es un sistema
social-económico-político, que hay una clase social que puede ser definida con
ese nombre, porque responde a sus postulados y que esos postulados son
aplicables al sistema mundo en que vivimos. Sostengo que la clase que domina el
mundo es un pequeño grupo que gobierna para sus propios intereses de clase, es
decir, es una oligarquía; que se organizan para delinquir y estafar, es decir,
son una mafia; especulan en los mercados financieros; son mezquinos y
despiadados, en una palabra, canallas; y manejan las instituciones financieras
de manera internacional, es decir, no tienen patria, simple, se mueven al país
que les conviene junto a sus capitales. Con los sistemas actuales de
comunicación y transferencia de dinero fiduciario, pueden controlar sus
negocios desde cualquier parte del mundo. Si alguien tiene una definición mejor
de la clase social que hoy domina el mundo, también, quisiera saberla.
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